Una dinámica es la forma más divertida de estimular el aprendizaje, a través de ella tomamos conciencia de los problemas haciéndolos accesibles tanto a nivel racional como emocional.
Una de nuestras dinámicas consistía en que los varones del grupo hicieran un círculo bien cerrado (enganchándose entre sí), mientras que las mujeres eran puestas dentro del círculo y ellas debían buscar una manera de salir. Obviamente, los varones tenían la misión de imposibilitar su salida y la única forma en que se les podía permitir la salida era diciendo "Por favor, podrían dejarme salir", es decir, simplemente siendo amables.
La tarea no fue muy fácil para las señoritas, ya que buscaron por todos los medios poder salir: empujaron a sus compañeros, los pellizcaron, intentaron desengancharlos, les hicieron cosquillas, quisieron escurrirseles por en medio de las piernas, etc., pero no utilizaron el método más lógico que era el pedir de favor les dejasen salir de allí.
Y es que así queremos vivir nuestras vidas: a jalones, empujones y a las malas, cuando la solución es fácil, ser cordial, amable y comunicativo.
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